El cuerpo humano regula la función del sudor por medio del metabolismo y mecanismos termorreguladores que ajustan los cambios de frío y calor de todo nuestro organismo.
Las glándulas sudoríparas, las cuales se encargan de producir el sudor, se encuentran coordinadas por el sistema nervioso simpático. El cual tiene como función la de estimular o inhibir las glándulas sudoríparas según las necesidades y el estado del organismo.
Existen dos tipos de glándulas sudoríparas; las ecrinas y apocrinas. Las ecrinas tienen mayor participación en la termorregulación y están distribuidas por toda la piel, menos en los labios o conducto auditivo externo. Las zonas donde más se encuentran estas glándulas son el dorso de la mano y la yema de los dedos. Llegan a tener al rededor de 700 por centímetro cuadrado. Por otro lado, las glándulas apocrinas, se encuentran ubicadas en las axilas o periné y son las responsables del olor que tiene nuestro cuerpo. Esta glándula suele estar relacionada a la sudoración producida por causas emocionales como el estrés o la ansiedad.
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