El sudor es un fluido orgánico segregado por las glándulas sudoríparas generado por medio de la transpiración, mecanismo natural para la regulación de la temperatura corporal y por el hipotálamo (área importante del cerebro, que controla la temperatura).
Está compuesto en su mayoría por agua y contiene sustancias como sales y minerales. Nuestro cuerpo posee alrededor de 5 millones de glándulas sudoríparas distribuidas por toda nuestra piel, tanto corporal como en áreas periféricas (Manos, Axilas, Pies, Cara y Cuero Cabelludo).
La piel
cuenta con dos tipos de glándulas sudoríparas, encargadas de lubricar sudor;
estas son, las glándulas apocrinas y las ecrinas. Sobre las glándulas
apocrinas, en su mayoría se encuentran situadas, de preferencia en la zona
axilar, mientras que las ecrinas se encuentran por toda la superficie de la
piel.
Las
glándulas apocrinas se activan durante la pubertad y una característica de
ellas, que también pueden lubricar sudor, cuando sentimos emociones fuertes, situaciones
de estrés, dolor y cuando realizamos actividad física.
Por otro
lado, las ecrinas son las que más concentración tienen en el cuerpo y comienzan
a funcionar poco tiempo después del nacimiento, produciendo una solución salina
diluida compuesta por un 99% de agua, sales y minerales..
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