La hiperhidrosis o sudor excesivo es un problema físico que puede provocar un cambio muy brusco de nuestras emociones, tales como el estrés o ansiedad, cuando una persona se encuentra expuesta ante algunas situaciones que le resultan incómodas. Es muy importante aprender a controlarnos y así poder reducir el problema poco a poco.
Para aprender a controlar estas emociones negativas, existen varias formas, entre ellas la de meditar, ya que nuestras emociones están conectadas con nuestra respiración, esto quiere decir que en el momento en el que nos sentimos amenazados o estresados, la solución es respirar lenta y profundamente, de esta forma le estaremos transmitiendo a nuestro cerebro que no hay problema y por lo tanto, no hay razón por la cual sudar.
A largo plazo practicar estos ejercicios de respiración nos beneficiarán ya que aumentarán nuestra capacidad pulmonar y circulatoria. A continuación te explicaremos dos de las técnicas de respiración que consideramos más sencillas y relajantes: la respiración abdominal y la respiración completa.
Respiración abdominal o diafragmática
Consiste en mantener nuestro diafragma en movimiento, de tal forma que nuestro abdomen suba y baje, como consecuencia estaremos llevando gran cantidad de aire a los pulmones, oxigenando la sangre. Con esta técnica se logrará liberar la ansiedad, mejorará la circulación sanguínea y masajearemos nuestros órganos abdominales.
¿Cómo realizarla?
- Acuéstate boca arriba en un lugar cómodo.
- Expulsa todo el aire de los pulmones varias veces para vaciarlos completamente de aire residual, esta exhalación prolongada provocará que inhales más profundamente.
- Inspira llevando el aire hacia el vientre, apoya tus manos sobre este y comprueba cómo se mueve con cada inhalación.
- Retén el aire en los pulmones durante unos instantes.
- Expulsa el aire relajando el vientre.
- Contrae el diafragma hacia los pulmones para expulsar todo el aire.
- Mantente unos instantes “en vacío”, disfrutando sensación de relajación.
- Repite el proceso y ten en cuenta que no debes forzar la retención de aire, ya que al sentir la necesidad de inhalar o exhalar es adecuado seguir este impulso y no combatirlo.
Respiración completa
Esta técnica es conocida como respiración yóguica, ya que aprovecha toda la capacidad pulmonar y ejercita nuestro control mental, nos brinda mayor serenidad y concentración. La puedes realizar sentado o acostado; se recomienda realizar las primeras veces de manera acostada, los pasos a seguir son:
- Coloca una mano en el abdomen y otra en el pecho y exhalar a fondo 2 ó 3 veces.
- Comienza una respiración lenta y profunda llevando el aire a la parte inferior de los pulmones y sintiendo cómo se mueve la mano situada en el vientre.
- Continúa expandiendo la zona de las costillas y por último llenando la parte alta de los pulmones, haciendo que las clavículas se levanten. Este paso puede percibirse a través de la mano situada en el pecho.
- Retén unos instantes el aire sin tensar la cara, el cuello o los hombros.
- Comienza la expulsión haciendo que el aire salga primero de la parte superior, a continuación de la zona de las costillas y por último del abdomen, de manera inversa a la inhalación. El aire debe expulsarse completamente.
- Se recomienda mantener los pulmones vacíos durante unos instantes y repetir el proceso.
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