La decisión respecto al tratamiento de la Hiperhidrosis, depende de la intensidad de la misma, que varía desde leve, moderada a severa; y el grado de aflicción de cada paciente. Cabe recalcar que las formas leves, pueden ir bien con tratamiento médico al inicio, con un seguimiento adecuado y constante.
Los casos moderados, podrían tener una solución con el tratamiento quirúrgico, para lo cual, se evalúa bien los pro y contras de la Cirugía, para estar bien seguro de esta opción tomada.
Los casos severos, el procedimiento definitivo es quirúrgico (Simpatectomía Toráxica Endoscópica Bilateral).
Los resultados esperados del procedimiento, que generalmente son exitosos, debiendo comprenderse el principal efecto colateral, denominado, “Sudor Compensatorio” (Se controla con tratamiento médico).
Cirugías toráxicas anteriores, obesidad, edad avanzada y otras enfermedades asociadas reducen las posibilidades de éxito de la intervención quirúrgica y aumentan el riesgo de posibles complicaciones. Desde ya, no se recomienda el tratamiento quirúrgico para los pacientes que tienen el 15% o más de exceso de su peso ideal, debido a la dificultad y/o a la imposibilidad de identificar la cadena simpática durante la intervención. Es muy probable que después de realizada la cirugía no se obtengan los resultados esperados.
Si una afección médica subyacente causa el problema, la afección se tratará primero. Si no se encuentra una causa clara, el enfoque del tratamiento es controlar la sudoración excesiva. A veces, es posible que deba probar varios tratamientos. Incluso si su sudoración mejora después del tratamiento, puede reaparecer. Los medicamentos que se usan para tratar la hiperhidrosis incluyen:
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