Existen tres principales métodos para diagnosticar la sudoración excesiva o hiperhidrosis. El primero es el de la escala numérica, la cual consiste en que el mismo paciente indique el grado de sudoración que padece en una escala del al 10, pero al tratarse de un método sumamente subjetivo, supone un punto de referencia a la hora de evaluar la evolución de la enfermedad
Otro tipo de diagnóstico es el de valoración gravimétrica: Consiste en comparar el papel de filtro antes y luego de aplicarlo en la zona que se desee detectar este mal. Para esto, la persona debe encontrarse en un ambiente de poco humedad y la zona a detectar la hiperhidrosis debe estar completamente seca.
Como tercer diagnóstico y el más utilizado, es el de la práctica clínica para detectar la hiperhidrosis. Este caso, consiste en pintar la zona a detectar, seca y limpia, con povidona yodada. Tras esto se deja secar para luego poner almidón y esperar a que la zona sude. Al sudar, en presencia del yodo, el almidón tomará un tono azul oscuro y así se podrá ver y delimitar más facil las zonas de mayor sudoración, ya que se verán más oscuras.
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